Los padres de Rogers, Walter y Julia, eran de
ascendencia inglesa llegadas a los Estados Unidos de América hacia ya más de un
siglo, a través de la Nueva Inglaterra, las que posteriormente migraron hacia el
oeste, coincidiendo en Wauwatosa, Wisconsin, donde ambos nacieron en el año de
1868. Tuvieron una educación avanzada para la época, en la Universidad de
Wisconsin, donde Walter se graduó como ingeniero civil y Julia cursó dos años
de educación superior. Se casaron en 1891.
Carl Ransom Rogers nació el 8 de enero de 1902, en Oak
Park, pueblecito de Illinois actualmente convertido en suburbio de la ciudad de
Chicago, y allí pasó sus doce primeros años, en un ambiente de clase media
acomodada del centro-oeste de los Estados Unidos. La familia Rogers vivía
profundos principios cristianos evangélicos, siendo práctica diaria la lectura
de la Biblia y la oración familiar; asistía a la iglesia congregacional y en el
hogar se respiraba un ambiente de religiosidad rigurosa y algo fundamentalista.
La relación entre padres e hijos se caracterizaba por una firme ética
protestante del trabajo y una disciplina estricta aunada a una ternura y
calidez parental.
Carl fue el cuarto de seis hijos; tímido ydesarrolló
tempranamente un gusto por la lectura que lo acompañó toda su vida, y por los
estudios, en los que sobresalió con facilidad; una afición por los viajes,
impulsada por su padre; y una actitud de tenacidad y compromiso con los
intereses que se planteaba. A los 12 años de edad, su padre compró una granja,
en la que Rogers pasó su adolescencia; esta circunstancia contribuyó a que las
relaciones cercanas del joven Carl fueran sus dos hermanos más jóvenes,
aislándolo de sus compañeros de escuela. Fue allí donde adquirió una salud y
fortaleza física que no poseía en su niñez y donde se interesó por la biología
y por la agricultura, esto último posiblemente influido por su padre.
En septiembre de 1919, Carl ingresó a la Universidad
de Wisconsin con intenciones de seguir su vocación por la agricultura, participo,
de una Conferencia de la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos, que tuvo
lugar en Beijing en 1922. Durante este viaje tuvo ocasión de participar en
diálogos y reuniones con académicos y líderes religiosos que le abrieron sus
horizontes religiosos, culturales y sociales, así como de fortalecer su
autoestima y su confianza en sus propias capacidades.Dedicó sus trabajos a
figuras religiosas.
Durante los dos primeros años de universidad había
reanudado amistad con una vecina y compañera de escuela primaria en Oak Park,
Ellen Elliott, quien inició sus estudios de arte en Wisconsin antes de trasladarse
a Chicago para continuarlos. Se escribieron frecuentemente y decidieron
casarse, el 28 de agosto de 1924, en contra de la opinión de sus familias,
antes de irse a Nueva York, donde Rogers se matriculó en el Seminario Teológico
Unión, el más liberal en el país en ese tiempo.
Su vida profesional comenzó en 1928, en el
Departamento de Estudios del Niño de la Sociedad para la Prevención de la
Crueldad con los Niños de Rochester, Nueva York, el que evolucionó hasta
convertirse en 1939 en el Centro de Orientación Infantil, y del cual Rogers es
nombrado su primer director, tras una fuerte lucha por hacer reconocer el trabajo
del psicólogo frente al del psiquiatra. Resultado del trabajo de esta época es
su libro sobre el tratamiento clínico del niño problemático (Rogers, 1939). En
enero de 1940, logró, con gran satisfacción de su parte, ser contratado como
profesor titular por la Universidad Estatal de Ohio.
Fue tal la reacción provocada por la conferencia que
decidió plantear sus ideas por escrito (Rogers, 1942); en esa obra expuso lo
que el orientador o terapeuta debe hacer, en comparación con los estilos
directivos de ayuda personal prevalecientes en ese momento , utilizó el término
cliente para referirse al hasta entonces llamado paciente y las expresiones
no-directiva y centrada en el cliente para referirse a su sistema de terapia.En
congruencia con su interés por los asuntos de la sociedad de la que formaba
parte, hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1944-1945. En 1945, lo
siguió un grupo de sus alumnos. En Chicago tuvo lugar una increíble obra de
elaboración teórica y profesional, con el establecimiento del Centro de
Orientación, cuyo primer local fue tan cercano a la panadería de la Universidad
que los colaboradores de Rogers podían oler el pan cuando lo estaban horneando.
Desarrolló un ambicioso programa de investigaciones en el campo de la
psicoterapia (Rogers y Dymond, 1954); elaboró escritos teóricos en los que
recogió sus ideas sobre la terapia (Rogers, 1951); planteó la mayor importancia
de la relación interpersonal y las actitudes promotoras del desarrollo humano
sobre las técnicas empleadas (Rogers, 1957); y esbozó por primera vez su visión
de la persona, su funcionamiento y sus relaciones (Rogers, 1959), estableciendo
los principios que luego se desarrollaron en el enfoque centrado en la persona.
En 1964, Rogers dejó el mundo de las instituciones de
educación superior, para participar en los trabajos de una nueva organización,
el Instituto Occidental de Ciencias de la Conducta, allí vivió sus últimos 20
años, desarrollando el enfoque centrado en la persona a partir de los
principios y de la teoría de la terapia centrada en el cliente. En los últimos
diez años de su vida, desarrolló una incesante tarea de difusión y aplicación
de sus ideas, viajó a Brasil, México, la Unión Soviética y Sudáfrica. En la
misma línea conviene mencionar sus esfuerzos en pro de la comprensión entre
grupos religiosos en Irlanda del Norte y por la solución del conflicto político
centroamericano.
Recibió innumerables distinciones, entre los que
destacan los Premios de la Asociación Psicológica Americana, a la Contribución
Científica Distinguida , en 1956, y a la Contribución Profesional Distinguida,
en 1972, otorgados en ambas ocasiones por primera vez en la historia de dicha
asociación, así como doctorados honoris
causa de muy diversas universidades, en reconocimiento a la repercusión e
importancia de su obra, que ha sido ampliamente traducida, entre otros idiomas,
al alemán, el español, el francés, el holandés, el japonés y el portugués.
La obra científica y profesional de Rogers sobrepasa
las 1,000 referencias, tan sólo en lengua inglesa.
Bibliografia:
Segrera, A.Universidad
Iberoamericana. México: Distrito Federal.
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